PERRO DEL VILLAGE LEGANDO UNA CAPE EN EL PAYO
La chica del pueblo salió al patio y encontró un lugar apartado donde podías acariciar y nadie lo sabría. Se quitó el vestido ligero y las bragas en miniatura, después de lo cual sus dedos ágiles se hundieron en una entrepierna caliente. La morena acarició superficialmente y se burló del clítoris y los labios y no tenía prisa por penetrar en la vagina. Le gustaban las caricias superficiales y la emocionaron mucho más que nadie, para que pudiera llevarse a un orgasmo que solo digine el clítoris.
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